Eugene Gendlin (filósofo – psicoterapeuta humanista 1926 – 2017): “Cuando uno quiere cambiar busca ser precisamente uno mismo. Busca ser uno mismo de manera más auténtica que lo que ha conseguido ser hasta el momento”.

El PROCESO DE COUNSELING es un espacio de CAMBIO. Las personas acuden al proceso de ayuda buscando un cambio -o al menos una parte de ellos lo hace-. Pero cuando preguntamos qué es el cambio, la respuesta no es sencilla.

Para comenzar, podemos decir que los consultantes / clientes que obtienen buenos resultados se vuelven más fuertes, más sólidos, más capaces de gestionar sus propias vidas, menos reactivos ante estímulos estresantes. Sus relaciones se vuelven más una fuente de apoyo que cargas o tormentos.

Una persona que durante la mayor parte de su vida ha estado retraída y cerrada a nivel emocional es capaz, gracias al proceso de Counseling, de encontrar una nueva capacidad para conectar socialmente con otras, y sin embargo lo hace de un modo que sigue honrando su necesidad de hacerse compañía a sí misma.

Otra persona, que ha estado dependiendo de tener gente cerca, es capaz, gracias al proceso de Counseling, de encontrar una nueva capacidad para tolerar e incluso disfrutar de su “tiempo a solas”, a la vez que acepta las conexiones enriquecedoras que tiene con los demás.

Dos resultados que parecen opuestos son cada uno un movimiento en una dirección positiva: encajan con el proceso único de cada persona en concreto de una forma que no podría recoger de manera precisa y correcta ninguna fórmula generalizadora.

A las personas les faltan o necesitan cosas diferentes, podríamos decir, y el trabajo que se lleva a cabo en el espacio de Counseling hace que se complete eso que falta o necesita.

Eugene Gendlin, (Filósofo – Psicoterapeuta – 2011) dice: “La terapia es ir más allá de tus maneras habituales de quedarte atascado“. Con esto quiere decir que en el proceso de terapia en sí mismo, ahí en la consulta terapéutica, la persona ya se está desarrollando de maneras nuevas y diferentes (cuando la terapia funciona). Y esas nuevas formas de vivir son -es necesario que sean- el cambio “propio” del cliente, un cambio que emerge de ella y que se ajusta a ella misma.

La dirección del cambio puede sorprendernos. Debería sorprendernos. La vida no se puede predecir o legislar de antemano. Una vez que está ocurriendo el cambio en la dirección de la propia persona, éste puede identificarse ya que tiene un “aroma” característico. Tiene cierta idoneidad. Conlleva un alivio corporal, una respiración más profunda, una sensación de aire fresco -tanto para el terapeuta como para el cliente-.

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