¿QUÉ ME PASA? ¿QUÉ ME TRABA? ¿QUÉ ME FALTA?
Martín, dice:
“Horrible… así me siento. Tengo angustia, estoy impaciente, irritable, tengo taquicardia… Me pasa de todo, y en vez de ayudarme, me castigo a mí mismo. La semana pasada estuve así, y sin embargo no vine a terapia. Tampoco fui al gimnasio. No sé por qué me autocastigo. Quiero gritar y llorar, pero estoy harto de la queja. ¿Qué quiero? ¿Qué me hace falta? En este momento en que todo está bien, en donde no hay problemas, yo estoy angustiado y desorientado. Me odio por eso. ¿Qué me traba? No puedo concentrarme, no puedo avanzar en mi trabajo, no puedo pensar en nada. Estoy enojado conmigo por eso. Sé que no debería quejarme, tengo mucho de lo que otros no tienen, sin embargo… ¿Qué me falta? ¿Qué necesito para estar bien? No puedo encontrar qué me sucede”.
Hay momentos en nuestra vida en los que sentimos que todo se junta en un instante. En donde todo aparece de golpe, sin darnos respiro. En esos momentos sentimos que nos ahogamos y que no podemos encontrar la orilla. Perdemos la noción de que hay alguien aquí, “mi ser presente”, que siempre está, por debajo o más allá de todo lo que nos ahoga. En esos momentos identificamos a todos nuestros problemas con el mar, como si fuesen el mar entero…. Vemos y sentimos a nuestros problemas inmensos, y frente a ellos, nos sentimos impotentes y perdidos.
Sin embargo, en esos momentos, es POSIBLE sentir que hay un espacio en nuestro interior desde el cual podemos “nadar” a salvo, o saltar las olas, hasta llegar a la orilla.
En esas situaciones, cuando hay “muchas cosas” (a veces, ni siquiera podemos nombrar qué problemas, porque solemos estar confusos respecto de ellos también), no sabemos por dónde comenzar, y nos sentimos agobiados.
Si estás haciendo un proceso de acompañamiento de Counseling, o terapia, puede que llegues a la consulta diciendo: “Tengo una maraña de cosas mezcladas”, o “es como tener adentro mío una bolsa de gatos”, o “Me siento mal, y siento que no puedo sostener tantas cosas, es como si tuviera la mochila llena”.
Y muchas veces ocurre, que como no encontramos manera de resolverlo, nos vamos ACOSTUMBRANDO a ese malestar.
Con FOCUSING podemos darle a nuestro cuerpo, y a nuestra vida, un respiro, un recreo, una pausa. Y por supuesto que esto en sí mismo, no resuelve el problema. Sin embargo, con el ejercicio de Focusing podemos dar el PRIMER paso: PONER ORDEN en nuestro interior, y atender a aquella situación de nuestra vida que está siendo más urgente, y que por tener o sentir tanta confusión, no podamos ver bien, de qué se trata realmente.
Este ejercicio de Focusing, de denomina “Despejar un Espacio”. Este ejercicio nos ayuda a reencontrarnos con ese ser perdido, esa cualidad de presencia desde la cual podemos acompañar a cada uno de nuestros problemas, estados anímicos o situaciones no resueltas, y darles un lugar en nuestro interior.
Sería como ordenar un cuarto de un adolescente. No queremos ni abrir la puerta, porque el desorden es tal, que ¡no sabemos por dónde comenzar! Lo más seguro que hagamos en esta situación, será primero, hacer una respiración profunda, luego, abrir la ventana para ventilar, poner la ropa sucia en el canasto, doblar y acomodar la limpia, tender la cama, limpiar los muebles y acomodar los estantes. Todo lo que había en el cuarto, seguirá estando ahí, pero la sensación al mirarlo ahora, es totalmente diferente.
Entonces, si hacemos esto en nuestro interior, si “despejamos el espacio interno”, podemos seguramente reconocer cuál de todas las situaciones o problemas nos “hace más ruido”.
Este ejercicio es muy útil hacerlo en tu terapia cuando estas confuso/a respecto de tu malestar, (o incluso, cuando ya lo has aprendido, puedes practicarlo antes de asistir a alguna reunión importante, o antes de dormir, si estas con insomnio).
Una de las preguntas disparadoras para que la sabiduría de tu cuerpo comience a comunicarse contigo, es: ¿Hay algo en mi vida (o, hay algo más en mi vida) que me impida sentirme BIEN, hoy?
A partir de esta pregunta, pueden aparecer en tu interior diferentes sensaciones, como, por ejemplo, sensación de ahogo, angustia en tu garganta, pesadez en todo tu cuerpo, algún tipo de tensión en alguna zona específica de tu abdomen… o también, pueden aparecer imágenes, palabras, recuerdos… pueden aparecer diferentes sensaciones, o “elementos” con significado, los cuales, con seguridad, tendrán algo qué contarte o mostrarte. Y, a partir de tener una “conversación” con ellos, y especialmente de ESCUCHARLOS, podrás descubrir las maneras de encontrar bienestar.
Nota: es importante que seas compasiv@ con todo lo que vaya apareciendo en tu interior. Si tuviste una buena sensación, agradable, de felicidad, alegría, vitalidad, no lo pongas a un costado, sino disfrútala, saboréala. En Focusing es muy importante acompañar toda sensación positiva que aparezca interiormente. Si, por el contrario, te resultó difícil recibir o darle lugar a alguna sensación, porque fue molesta o desagradable, puedes preguntarte: ¿Cómo sería para mí, si este tema o problema estuviese solucionado? No escuches solo a tu mente, espera a sentir qué aparece en tu interior, en tu cuerpo. Y deja que aparezca internamente lo que sea con esta invitación, haciendo una pausa y notando si hay alguna diferencia en cómo se siente tu cuerpo si todo esto ya estuviese resuelto… Posiblemente te sientas con más espacio, y puedas notar la presencia de ese “ser” que siempre está, y desde ese “ser” que eres, contemplar y acompañar lo que apareció, sabiéndote más que esos problemas, más que “todo eso”.
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