Quiero contarte de mis rutinas semanales que colaboran para mi bienestar. El orden de mención, no está en función al grado de importancia: todas estas rutinas y su combinación, me ayudan a encontrar equilibrio emocional y sentirme a gusto conmigo misma:

Mindfulness, todos los días.

Hace más de tres años, me he propuesto comprometerme diariamente con esta actividad, ¡tan serena, y tan potente a la vez! Participo diariamente en un espacio de meditación, en donde nos reunimos (de manera virtual), 30 minutos, de Lunes a Jueves, sólo a compartir la meditación. Los demás días de la semana, practico las meditaciones de manera individual.

Esta rutina ha sido, y es actualmente, muy importante para mí: me ayuda a estar conectada con mi interioridad, a ser cada vez más consciente (consciente de mí misma, de mis actos, de mis pensamientos, de mis experiencias, de mi alrededor). Me ayuda a cuidar de mi estabilidad emocional y mental, a volver a mi “eje” más fácilmente en momentos estresantes o más difíciles. Me ayuda a estar y sentir “mi presente”, así, tal cual es. Y a amarlo.

A su vez, la compañía del grupo, la dedicación a la práctica, la constancia y disciplina de cada uno de los que participamos en la actividad cotidiana, han sido, y siguen siendo, claves para notar todos estos beneficios que se desprenden de la práctica constante.

Respecto al espacio de meditación en el que participo: el espíritu del mismo, es brindar este servicio a la comunidad de manera libre y gratuita. Con lo cual, si te resuena la idea de incorporar esta actividad a tu vida, y si deseas participar con nosotros, (o, ¡al menos probar cómo te resulta!), no dudes en escribirme, así te envío información.

Entrenamiento físico.

Para ser sincera, siempre me ha costado sostener y ser constante con mi actividad física. Sin embargo, desde el comienzo de la pandemia, y con tanta actividad sedentaria (mi modo de trabajo en ese tiempo, ha sido exclusivamente a través de la pantalla, dictando los talleres de eneagrama, y atendiendo a mis consultantes sólo de manera virtual), ¡mi cuerpo me estaba pidiendo a gritos movimiento! Así que, “haciendo caso al pedido sentido”, me propuse como objetivo: hacer actividad física al menos tres veces por semana. ¡Y vaya si me resulta positivo! Sumado al mindfulness diario, y a las demás rutinas, el hacer ejercicio regular me permite estar más enérgica, descansar mejor por las noches, ¡y, además, colabora en mi buen humor! Todo esto, claro, descontando todos los beneficios que trae al organismo hacer ejercicio físico.

Cuidar mi alimentación.

Este punto, también es crucial: la comida que elijo ingerir.

Hace cinco años, inicié el programa de https://www.simpleyreal.com/ favorecimiento en mi salud y bienestar general, ha sido increíble. Desde ese entonces, noté cambios indudables: uno de los primeros aportes que noté en mí, a partir de la puesta en práctica de este programa, fue la mayor disposición de energía en mi día a día. A su vez, mejoré muchísimo mi concentración y el rendimiento en mi trabajo ha sido mayor. Por otro lado, la gastritis que me acecha a menudo ha mejorado considerablemente, al igual que mi descanso, ¡y, por supuesto que me siento muchísimo más liviana! Aclaro: si bien soy delgada, el consumir harinas fundamentalmente me provoca muchísimo malestar y pesadez.

¿Qué comidas elijo entonces diariamente entresemana? Sencillo: huevos, carnes de todo tipo, verduras y frutas (secas también). Algo de fiambre, (casi nada de quesos porque soy intolerante a la lactosa). Y obvio, mi querido mate (amargo), que acompaña siempre. 

El espacio terapéutico para mi desarrollo personal y supervisión de casos.

Este espacio es fundamental, no sólo para mi vida, sino también, para llevar adelante mi profesión de manera responsable y ética. 

En este espacio terapéutico converso y reviso con mi Counselor -que también está especializada en Focusing- mis cuestiones personales y profesionales. Aquí, vuelco todo lo que me pasa, pienso y siento, todo lo que estoy experienciando, y todo lo que necesito revisar internamente: ya sean inquietudes o problemas íntimos, algún conflicto en mis relaciones, temas de familia, entre otros. Y, por supuesto, aquí también reviso mi trabajo.

Este espacio tiene un gran valor para mi vida personal y para mi profesión. Cuidarme, y trabajar en mi persona, es una tarea que hago, no sólo con gusto, sino con gran responsabilidad. El camino del autoconocimiento es constante y permanente, así como también lo son los “cambios”, ¿verdad?

El trabajo con uno mismo nunca acaba, somos seres complejos. Comprendernos a nosotros mismos, y acompañarnos -a nosotros mismos, primero- con amorosidad, cuidado, delicadeza, responsabilidad y compromiso, es una tarea fundamental, aunque, a veces, no nos resulte sencillo hacerlo de esta manera. Sin embargo, sólo amándonos, es como podremos dar lo mejor de cada uno de nosotros, a los demás y al mundo.

“La tarea comienza por casa”.

Acompaño a las personas en sus procesos de autoconocimiento y desarrollo, y considero que la mejor manera de cuidar y potenciar sus procesos y nuestras relaciones terapéuticas, está en relación con la importancia que también le doy a mi autocuidado y desarrollo personal.

Lecturas.

Libros al lado mío, ¡no pueden faltar! Me deleito con los libros físicos… con el olor de las hojas, con el color del papel… Siempre tengo un libro conmigo. Desde chica me ha gustado muchísimo leer, y ha sido uno de mis pasatiempos favoritos. Variando los intereses por épocas en mi vida, he pasado por textos poco convencionales, por novelas o historias noveladas, hasta libros de consulta de todo tipo. Siempre estoy profundizando y consultando bibliografía, (de counseling, filosofía, mindfulness, terapia y psicología… y otros… muchos otros, que si bien no podría clasificarlos, siento que me enriquecen.

Y vos, ¿qué rutinas o actividades tenés en tu día a día, o en tu semana, que te hacen sentir bien y a gusto con vos mism@?

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